La comunidad de Río Grande, a través del Municipio, conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento del Padre José Zink, junto a la estatua que lo inmortaliza en el paseo costanero.
Allí, autoridades municipales, del Concejo Deliberante, del Tribunal de Cuentas, de las fuerzas armadas y de seguridad, delegaciones escolares y de entidades scouts además de vecinos en general, brindaron un cálido homenaje al Cura gaucho, como cariñosamente todos llamaban al sacerdote salesiano, a 14 años de su muerte.
Respetuosamente se entonaron las estrofas del Himno Nacional y se leyó una reseña sobre características de su vida y su legado. Luego la secretaria de Obras y Servicios Público, Prof. Gabriela Castillo, tuvo a su cargo palabras alusivas y acto seguido se colocó una ofrenda floral al pie del monumento del recordado religioso y se efectuó en un minuto de silencio en su memoria. Para finalizar se cantó la Marcha de Malvinas.
“Cada vez que homenajeamos al Padre Zink lo que hacemos es recordar su vida, lo que dejó en la ciudad y lo que fue capaz de hacer dando testimonio en esa cercanía con el prójimo que él supo construir, haciendo lío como dice el Papa Francisco, pero trabajando en la comunidad”, dijo la Prof. Castillo.
“Lo recordamos con alegría y tratamos de seguir su ejemplo hoy en que hay mucha gente que necesita una mano amiga, tratando de estar cerca del que menos tiene o la está pasando mal”, expresó la funcionaria que concluyó diciendo: “él honró la sotana que llevaba y se brindó enteramente a quienes más necesitaban tanto en la ciudad como en el campo, yendo en camioneta, a caballo o en lo que sea, pero el llegaba hasta el vecino que lo estaba esperando”.