La Cueva del Jimbo, un reconocido destino turístico natural y punto de referencia para los amantes de la montaña ubicado dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego, sufrió un derrumbe en las últimas horas, que causó consternación entre lugareños y viajeros.
El colapso de esta emblemática formación geológica, ocurrido en las últimas horas, puso fin a una era para quienes solían disfrutar de este lugar único, símbolo del patrimonio natural de la región de Ushuaia.
La cueva, conocida por su singularidad y atractivo, había sido durante años un lugar de encuentro y aventura, atrayendo a visitantes de todas partes del mundo. Su estructura, sin embargo, era considerada frágil, según advertencias de expertos y aficionados a la montaña, quienes temían que un derrumbe pudiera ocurrir en cualquier momento.
Ubicada en un entorno privilegiado, cerca del Cañadón de la Oveja, representaba un símbolo de la interacción entre la naturaleza y las actividades humanas. Por décadas, este espacio natural había sido escenario de múltiples exploraciones, caminatas y eventos culturales que la convirtieron en un referente para residentes y turistas.
Para llegar hasta allí, se puede seguir la senda Cañadón de la Oveja, que es de 9,09 km de distancia y tiene un desnivel positivo de 731 m. La ruta es moderada y se puede hacer de ida, tardando unas 3 horas y 43 minutos.
Desde 2021, las autoridades del Parque Nacional venían advirtiendo sobre el peligro de acercarse a la ‘Cueva de Jimbo’, por lo que habían prohibido su ingreso. La medida se debió, principalmente, a los estudios científicos del Centro Austral de Investigaciones Científicos (Cadic, dependiente del Conicet), los cuales corroboraron que el lugar se encontraba en “peligro de colapso” y que era habitual que trozos de hielo y piedras cayeran desde la parte superior.
En 2022, hubo que lamentar el fallecimiento de un turista brasileño, a quien se le cayó una roca en la cabeza cuando intentaba ingresar a la cueva.
La víctima fatal fue identificada como Dennis Cosmo Marin, de 37 años, a través de documentos que encontraron en la combi en la que viajaba desde 2018 con la compañía de su gato, Lince.