El concejal Silvio Bocchicchio fue citado como testigo en el juicio que lleva adelante Alika Kinan contra sus tratantes y una demanda civil contra el Municipio de Ushuaia, aunque finalmente no declaró. “Lo que me genera es una preocupación sobre todo del tema de fondo”, indicó.

“Me citaron en tres oportunidades ayer para que declare como testigo y finalmente desistieron del testimonio de los últimos dos que quedábamos, pero todo bien, entendí que fui convocado para aportar los fundamentos de los proyectos de ordenanza que presentamos para regular el tema”, indicó el concejal en Fm Aire Libre.

Bocchicchio recordó que “tomamos intervención un mes después de que la justicia Federal se acercó al Concejo Deliberante a decirnos que revisáramos con modificaciones o derogaciones el marco normativo porque consideraban que era permeable para la explotación sexual y la trata inclusive”.

“En ese momento nos abocamos a estudiar el tema y presentamos tres proyectos de ordenanza, con 16 páginas de fundamentos que seguramente fueron parte del debate en el juicio, por eso estaba en la lista de testigos para profundizar si hacía falta ese momento de la historia en el conflicto que se está ventilando”, precisó.

Respecto a la demanda realizada por Alika Kinan al Municipio de Ushuaia por 2.300.000 pesos señalando que no contó con protección del Estado y la habilitación de este tipo de locales, el concejal indicó que “lo que me genera es una preocupación sobre todo del tema de fondo”. “Creo que el ejercicio que tendríamos que hacer es tratar de corrernos de la persona que hoy está demandando y pensar en el tema de fondo que es la bisagra histórica que es el combate contra la trata de personas”.

“Es una buena oportunidad para que los Estados trabajemos para minimizar posibilidad de que estas mafias se puedan consolidar de manera encubierta o no en la dinámica o una economía de negocios en una ciudad”, añadió.

Además opinó que el hecho de que “la ciudad tenga que desembolsar recursos de este volumen en un caso y los que vendrán después, nos prende una luz de alarma porque los recursos de la ciudad son finitos. Hay que ver que resuelve la justicia, sin conceder que esa es la suma”.

Y remarcó que “de última, en algún momento la comunidad, por la aceptación que tenía de este tipo de delitos o de formas de trabajar, permeable a la explotación sexual ajena o a la trata, tendrá que pagar un costo para revertir esta forma de conducta”.

Para Bocchicchio “sería interesante que esto no quede en una multa y que después no se profundice en evitar que se sigan produciendo esta forma de tratamiento a las personas”.

“Si la justicia falla a favor de lo que reclama en este caso Alika Kinan, el municipio tendrá que pagar, yo lo que veo es que no debe quedar en esta anécdota si la justicia falla a favor del reclamo. Hay que tener las herramientas para que el rescate de personas sometidas a la trata pueda llevarse a cabo, tener un lugar de alojamiento real, asistencia psicológica y contención efectiva, mientras tanto esto no ocurra nos quedaremos en la anécdota y el municipio pagará una multa y nada más”, cerró.