Unas 1.666 personas se intoxicaron en el país por inhalación de monóxido de carbono durante el 2015 y se estima que al menos 200 mueren cada año por esta causa. Esta semana murió una familia en Río Grande. Con la llegada del frío, instan a controlar los equipos de calefacción y a ventilar los ambientes de manera adecuada.
Unas 1.666 personas se intoxicaron en el país por inhalación de monóxido de carbono (CO) durante el 2015 y se estima que al menos 200 mueren cada año por esta causa. Son todos casos que se pueden prevenir si se toman acciones como controlar por un gasista matriculado los artefactos y ventilar los ambientes.
El relevamiento, surgido del Sistema Nacional de Vigilancia de Salud del Ministerio de Salud de la Nación indicó que gran parte de los casos corresponden a Ciudad Autónoma y provincia de Buenos Aires, a las que le siguen Mendoza, Neuquén, Córdoba y Tucumán, que suman 455 casos.
“El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico producido por una mala combustión de cualquier sustancia orgánica. Si la cantidad de oxígeno disponible es insuficiente, la combustión será incompleta y generará monóxido de carbono”, explicó la médica especialista en Toxicología, Mercedes Barlotti.
“La mayoría de las intoxicaciones -agregó- son consecuencia del mal estado de las instalaciones en las viviendas, pero también son frecuentes los casos por exposición a gases de escape del auto y menos común por inhalación de humo durante un incendio”.
Barlotti, exmiembro de la Unidad de Tóxicología del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, explicó que “el mayor problema del monóxido de carbono radica en que no es detectable a través de los sentidos: carece de olor, sabor y color; tampoco irrita los ojos ni la nariz” y añadió que “no hay que confundirlo con un escape de gas, que se detecta porque se encuentra odorizado”.
Una vez inhalado, el CO llega a los pulmones para luego incorporarse a la hemoglobina del glóbulo rojo presente en la circulación sanguínea, desplazando al oxígeno y generando carboxihemoglobina.
El primer lugar afectado es el cerebro, por eso los primeros síntomas son mareos, náuseas y vómitos, y en segundo lugar el corazón, incrementando el riesgo de que se produzcan arritmias cardíacas, infarto de miocardio e incluso el fallecimiento.
“La agudeza del cuadro dependerá de la concentración del monóxido en el ambiente, el tiempo de exposición, y la patología previa del paciente, por ello, las personas mayores, los niños y quienes padecen enfermedades cardíacas o pulmonares son más vulnerables”, describió.
Ante la sospecha de intoxicación por monóxido de carbono se recomienda retirar a los afectados del ambiente contaminado hasta un lugar donde puedan respirar aire limpio y fresco, además de llamar a la ambulancia de inmediato, abrir puertas y ventanas y apagar la fuente emisora de monóxido de carbono.
Según un relevamiento realizado por Ente Regulador de Gas (EnerGas), los accidentes por intoxicaciones por CO son producidos en un 87 % por calefones, 8 % por calefactores y 5 % por cocinas.