Patricia está aterrada, si bien consulta constantemente en el Juzgado de Ejecución si su ex pareja -Hugo Daniel Espejo- está en condiciones de salir en libertad, asegura que nunca le fue notificado y en sus salidas laborales de los últimos días, ronda su casa. Fue condenado en 2009 a 18 años de prisión por el abuso de la hija menor de edad de la mujer.
“Ayer mandé a comprar a un negocio acá en el barrio a mi hijo de diez años que tiene un retraso madurativo y problemas para hablar, yo a veces lo mando a comprar porque tiene que salir e interactuar con la gente; se lo encontró a este señor rondando por el barrio, supuestamente está con salidas laborales que son de cuatro horas”, contó en Aire Libre.
Patricia sostiene que “mi indignación fue porque ellos me dijeron que me llamaban, les dejé mi teléfono y me iban a avisar de que este sujeto iba a salir y cuándo, pero eso no ocurrió”.
El hijo que tienen en común prácticamente no lo conoce, porque cuando lo condenaron, el pequeño solo tenía dos años. “Él no lo conoce, y cuando lo encontró le dijo que era el padre, además está muy nervioso porque este hombre le dijo que no le diga a nadie que lo vio”, contó la mujer.
Es tal el temor que Patricia le pidió a sus vecinos que estén atentos. “Yo les pido que me avisen si lo ven rondando, porque además amenaza que nos va a prender fuego, que nos va a matar a nosotros principalmente a mí y a mi hija. Manda gente a decir esas cosas y una vez él me dijo en el juzgado que yo no iba a poder tapar el sol con las manos, que él iba a salir”, relató
Además recuerda con dolo que “él empezó a abusar de mi hija cuando tenía diez años, siempre la amenazó, le decía que nos iba a matar a todos nosotros y al bebé que era chiquito si ella me decía algo a mí. Es una persona realmente nefasta, no tiene sentimientos ni escrúpulos”.
“Yo realmente estoy mal porque no quiero que le haga daño a mis hijos, no quiero que se acerque porque además no se podía acercar a tres cuadras a la redonda pero lo hizo”, agregó.
Ayer Patricia fue nuevamente al juzgado de ejecución. “Me pidieron disculpas por no haberme avisado que él iba a salir con salidas laborales, pero para mí no es todo. Si mi hubiera pasado algo a mi o a mi hijo, a quién le iban a pedir disculpas”, preguntó.
“Yo lo único que quiero es que si la gente lo conoce o lo ve rondando por el barrio que me avise porque no puede estar”, cerró.