La vicegobernadora de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Mónica Urquiza, integró la comitiva que encabezó la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, que participó de la sesión anual del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas (C-24), donde se dio tratamiento a la Cuestión de las Islas Malvinas.

La sesión tuvo lugar en la sede de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York.

Durante la misma, sus miembros adoptaron una nueva resolución por aclamación, la cual fue presentada por la República de Chile y reitera que la forma de poner fin a la especial y particular situación colonial en la Cuestión de las Islas Malvinas es la solución pacífica y negociada de la disputa de soberanía entre las dos partes de la controversia: la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

La Vicegobernadora Urquiza celebró la adopción de esta nueva resolución, destacando la importancia de su aprobación por consenso y expresó que “es un gran honor para mí estar acompañada por un Veterano de Guerra de Malvinas en representación de nuestra provincia en esta nueva sesión del Comité Especial de Descolonización, el foro multilateral de más alto nivel que trata la Cuestión de las Islas Malvinas, alzando una vez más nuestro legítimo reclamo permanente por la recuperación del ejercicio pleno de soberanía sobre nuestras islas del Atlántico Sur, tal como lo dicta la Disposición Transitoria Primera, que cumple 30 años desde su incorporación a nuestra Constitución Nacional”.

En esa misma línea, la Vicegobernadora resaltó el apoyo de distintos Estados tanto a título individual como en representación de distintas organizaciones regionales expresando “es importante destacar el constante acompañamiento de toda la región de América Latina y el Caribe, y otros países y regiones del mundo, que reafirmaron el derecho indiscutible de la Argentina sobre las Islas Malvinas con posiciones claras” y destacó que “muchos países advirtieron sobre la creciente militarización del Reino Unido en el Atlántico Sur, poniendo en riesgo la paz y la cooperación en la región”.