Sucedió a las 17 horas del 2 de mayo de 1982 fuera del área de conflicto de 200 millas náuticas determinado por la propia Gran Bretaña que, con dos certeros torpedos del submarino Conqueror llevó al hundimiento del crucero argentino
El ataque costó la vida de 323 de los 1.093 tripulantes de la embarcación argentina, que años antes había sido mordernizado, y que según algunos otro pudiera haber sido el destino de la guerra de llegar a las islas.
El ataque fue considerado como “crimen de guerra” por parte de la Argentina, traducido ello en una causa judicial que por jurisdicción hasta hace unos años tramitó el Juzgado Federal de Río Grande. Luego pasó al fuero de la Justicia Federal en Ushuaia, donde tramita actualmente al determinarse que la zona del mar Austral donde tuvo lugar el hundimiento corresponde a esa jurisdicción.
El proceso tuvo siempre un trámite enlentecido en la burocracia de los exhortos diplomáticos a los que el Reino Unido permanentemente desoyó, e incluso ahora se suma la muerta de la ex primer ministro Margaret Tatcher, de quien partió la orden de torpedearlo.
En la memoria del por entonces buque insignia de la Armada, hoy los cuarteles de Bomberos de la provincia realizarán un toque de sirenas a las 7 horas, horario de su hundimiento.