Se trata del caso de Micaela de 21 años quien tuvo que  ser derivada a Ushuaia en delicado estado de salud a causa de las lesiones sufridas tras los incidentes de Navidad en el boliche Maldito Ibiza.

Por ese episodio y otros actos de violencia que protagonizó el personal de seguridad, el local tuvo una clausura municipal que venció este viernes, ante lo cual se preparaba su reapertura, cuando se produjo esta manifestación que lo evitó.

Belén, hermana de la víctima, se encadenó a una de las puertas de ingreso al local, “estoy acá por la cero empatía y solidaridad para con la familia, lo que yo solicitó es que vuelva a ser clausurado por que hoy abría como si nada, me parece una total falta de respeto y del personal del municipio en haber levantado la clausura”, comenzó diciendo.

Allí relató que su hermana sigue convaleciente; “la salud de mi hermana está complicada, tenemos que esperar al 3 de enero que baje la inflamación de la lesión para esperar una intervención quirúrgica que básicamente consiste en colocarle una malla en el rostro y 3 placas de titanio para reconstruir el rostro, tiene el hundimiento del cráneo, fractura de maxilar, nariz y afectado un ojo”.

La joven aseguró que continuará manifestándose, junto a un grupo de familiares y amigos, “mi hermana estaba bailando con el novio y amigos, no conocían a este chico, lo que ellos relatan que a las 7 de la mañana comienzan a sentir golpes en las puertas, seguridad abre esas puertas y ella estaba a unos seis metros adentro del boliche y tiene el impacto de un escombro en la cara y cae desmayada en el suelo. Las amigas la ven desangrando en el piso, piden auxilio, la seguridad le pone una campera y la saca a la calle, la dejan ahí, no se quedan a acompañarla ni a llamar a una ambulancia”.