Fue entre el fin de semana y anteanoche que 23 ovejas murieron y otras 22 resultaron con lesiones producto de esta problemática irresoluta en la ciudad de Río Grande.
La problemática canina sigue siendo un problema sin resolver, y la par de este lamentable suceso resulta increíble contemplar como en el Concejo Deliberante se debate un proyecto de ordenanza sobre “moños para perros” a fin de detectar “razas peligrosas”.
La abstracción de la realidad social por parte de los funcionarios electos es realmente alarmante cuando desconocen absolutamente la gravedad de una problemática, y terminan perdiendo horas legislativos en proyectos que rayan lo ridículo.
Las consecuencias no las pagan ellos claramente, sino los establecimientos rurales vecinos, tal el caso de la Misión Salesiana que este fin de semana sufrió la pérdida de 23 ovinos, con otras 22 ovejas que resultaron heridas producto de los perros cimarrones.
La situación no es aislada y la sufren permanentemente los establecimientos mas cercanos al ejido urbano.