El juicio oral y público a Héctor Loggio continúa en el Tribunal de Juicio de Río Grande por su intento de desapoderar a un grupo de 15 –y más- chacareros de terrenos que habían comprado décadas antes a la Sociedad de Productores.
Recordemos que el juicio lo impulsa la querella particular que representa el Dr. Adrián Areco representando a 15 chacareros, varios de los cuales declararon ayer, y otros damnificados que compraron pero no toman parte de la querella penal.
Todos declararon de la operatoria de compra a la Sociedad Rural entre las décadas de 1980 y 1990, y que luego el lote completo de esas tierras fueron cedidas en poder a la viuda y deudos del arquitecto que diseñó el proyecto; quienes sucesivamente en 2010 cedieron el poder al Héctor Loggio, un ignoto comerciante de Buenos Aires que apareció a adquirir la friolera de 100 hectáreas en la zona.
Los testimonios apuntaron a que quienes fueron cediendo esos poderes advirtieron de la venta de los lotes a los chacareros, quienes no habían podido escriturar hasta el momento. En ello reside la querella la acusación contra Loggio por intentar “desapoderar” de esas tierras a sus anteriores compradores.
En ese sentido la querella destacó que los lotes en conflicto son una ínfima proporción del total del lote, no siendo más del 20% la tierra ocupada por los chacareros.
Más allá de esto quedan numerosas incógnitas en torno al imputado Loggio, quien es desconocido para todos los demandantes, en su gran mayoría antiguos pobladores de la ciudad; el gran interrogante sugestivo es como este comerciante de Buenos Aires decidió invertir en 100 hectáreas en margen sur en 2010, con que capital, y como sostuvo un proceso penal tan prolongado con la asesoría de un letrado tan renombrado como el Dr. Francisco Ibarra.
Los testigos del desarrollo de este proceso vinculan detalles llamativos; la estadía temporal de Loggio en un edificio del centro de la ciudad, la asistencia legal y como logró escriturar semejante cantidad de tierra cuando estaban vigentes los boletos de compra venta de los chacareros; lo que significaba mantener aceitados contactos y conexiones en una ciudad que prácticamente le es ajena.
El loteo que incluye estas tierras al día de hoy ya no solo comprende a los chacareros, sino que hay parte de tres grandes barrios del asentamiento ocupando parte del predio, con sus habitantes en constante demanda de regularización habitacional, que insumiría eventuales –y costosas- expropiaciones al Estado.
Un histórico negociado en la zona de margen sur que solo fue propicio con las conexiones políticas de ese entonces.
Este miércoles continuarán las testimoniales en relación a los apoderados de la Sociedad Rural que cedieron los poderes de ese inmenso predio.