El aberrante suceso se produjo minutos después de las 6.00 de la mañana del miércoles en una vivienda del barrio Mutual de la ciudad de Río Grande, donde el jefe de familia se retiró a trabajar a una fábrica.
Su esposa de 27 años quedó en la vivienda junto a sus dos pequeños hijos, escuchando a los 5 minutos de retirado su esposo, que un individuo detrás de la puerta esgrimía un elemento al momento que le decía, “tengo una billetera que se le cayó al señor que acaba de salir de acá”.
La mujer llegó a abrir la puerta, siendo empujada violentamente por el malviviente que la arrastró de los pelos y la golpeó en numerosas oportunidades hasta llevarla al sector de las habitaciones.
Allí encerró a sus hijos en una pieza, mientras golpeaba de forma constante a la mujer a la que solicitaba la entrega del dinero y demás elementos de valor, llevándose 4 mil pesos en efectivo, un celular Nokia, una cámara digital Samsung, y una caja de 30 comprimidos de Clonazepam.
Previo a ello, este individuo arrancó las prendas de vestir de la mujer a la que intentó violar, trabándose una fiera resistencia por parte de la víctima, quien de esta manera golpeó al asaltante y lo llevó finalmente a desistir tras varios minutos de tensa pelea.
Detención
La mujer, que sufre ataques de pánico a causa de otro asalto sufrido años atrás, estaba sumamente alterada al momento del arribo de personal policial que a pesar de este inconveniente, logró obtener un testimonio por el cual incluso se logró llegar a un retrato hablado por parte de un dibujante de la Policía Científica.
Esto sumado a la descripción de las vestimentas del ladrón, centró las sospechas inmediatamente en el conocido malviviente Sergio Orlando Solís de 29 años, quien incluso había caído en varias detenciones contravencionales en la semana, vistiendo ropas muy similares a las descriptas por la víctima, sin mencionar que la fisonomía del delincuente es muy similar a la de este ex convicto.
Casualmente esa misma mañana antes de avanzadas estas diligencias periciales, Solís fue detenido contravencionalmente al resistirse a ser identificado por policías en recorrida preventiva, por lo que fue notificado de su detención e incomunicación por este grave hecho, cuando ya estaba alojado en un calabozo policial.