Graciela Cardozo se constituyó como querellante en la causa de la muerte de su hijo, Pablo Cardozo, quien perdió la vida luego de recibir un piedrazo en la cabeza. El abogado patrocinante, Matías Pérez Iglesias explicó que existen distintas líneas de investigación, ente las que se incluyen el accionar de cinco médicos y destacó el accionar de la justicia.
El abogado indicó que tanto la Fiscalía como el Juzgado de Instrucción “está investigando correctamente, va aun paso moderado y creo que es conveniente que no se apresure en conclusiones”.
En este sentido recordó que, “el episodio del piedrazo en la cabeza de Pablo, si bien fue el inicio del nexo causal que derivó en su muerte, sucedieron circunstancias posteriores relacionadas con una deficiente atención medica recibida desde el momento después del piedrazo, hasta el momento de su fallecimiento, que deben ser investigadas”.
Pérez Iglesias se refirió al hecho particular del piedrazo y aseguró que “hay algunas personas que se encuentran bajo sospecha, aún no hay una determinación exacta del autor, pero se ha individualizado a un cierto grupo de jóvenes, entre los que estaría el autor”.
La segunda línea investigativa de la causa, “está centrada en determinar la responsabilidad de todos los médicos que lo atendieron después. Una cadena de atención médica, con mucha deficiencia y mala fortuna para Pablo, puesto que momentos después de recibir el piedrazo, fue atendido en el hospital y se le dio el alta, indicándole que descansara”.
El abogado de la querella indicó que “le hicieron estudios por imágenes, donde era visible la lesión y eran visibles los síntomas que él tenía.
Había sufrido un desmayo, había perdido el conocimiento cuando recibió el piedrazo, le costaba hablar, continuó con la dificultad para mover la boca, con dolores en el cuello y con la herida evidente en el cráneo”.
Sobre la atención posterior en el clínica privada, el abogado detalló que “fue dado de alta y se le indicó que tomara Tafirol, que se le iba a pasar el dolor”.
Fue la madre que “insistiendo, ante el dolor que era insoportable, no mejoraba, no podía mover bien la cara, lograron la interconsulta con un médico neurólogo y allí pudieron observar que el piedrazo tenía secuelas importantes”.
“Había una cirugía programada, se le hicieron nuevos estudios y se determinó que la cirugía debía ser inminente, puesto que la vida de Pablo corría peligro”, después de la cual el joven falleció.
Por ultimo manifestó que, “hubo cuatro médicos que lo trataron. De los cuales, la tercera médica que lo atendió fue la que accedió a una consulta con el servicio de neurología. Los dos primeros le dieron el alta sin revisarlo”.