El fiscal alegó por la inocencia del propio imputado, destacando que según los testimonios se aclaró que las herramientas estaban guardadas al fondo del taller, desde donde Jerónimo Milovic tomó una maza en primer término y un mango de fuerza luego, con la finalidad de agredir al imputado.
En razón de esto situó a la víctima en un “rol activo” en la agresión inicial y a Marcos Milovic en un “rol pasivo”, destacando que si bien el uso de un arma de fuego para responder a esa agresión fue un “medio desmedido”, de los testimonios no quedaron clarificadas las circunstancias en que Jerónimo terminó con un balazo en la pierna.
Jerónimo aseguró que su hermano le disparó desde un metro –a sangre fría-, mientras el imputado señaló que el disparo se produjo en medio de un forcejeo y en forma accidental, por lo que quedó planteada la duda al haber dos versiones contrapuestas en este sentido.
El fiscal entendió que esto planteaba el beneficio de la duda a favor del imputado, por lo que solicitó la absolución a la que adhirió el defensor, y finalmente el tribunal al momento de dictar el fallo.