La misma maquinaria de secado, que el 22 de abril del año pasado iniciaron el fuego que destruyó la anterior planta; esta madrugada generó una alta temperatura que recalentó uno de los tirajes, saliendo humo del revestimiento de los mismos.
Los trabajadores de la planta que se encontraban en plena faena, fueron los mismos encargados de esta vez poder controlar la situación, hasta que arribaron al lugar dotaciones de bomberos de la Policía y de Voluntarios para terminar de extinguir cualquier foco ígneo.
El año pasado el fuego tomó las pelusas depositadas en el techo de la fábrica, lugar adonde los trabajadores no pudieron llegar para extinguir el fuego que se tornó incontrolable. Esta vez la suerte evitó un nuevo desastre en la planta próxima a ser inaugurada pero que ya está operativa parcialmente.