El Obispo de Santa Cruz y Tierra del Fuego Miguel Angel D’ Anibale se refirió a la denuncia contra el sacerdote investigado por el supuesto abuso sexual a una menor de edad. “Lo que hicimos fue apartarlo y poner a disposición, no me cabe duda de que ese es el camino”, dijo y adelantó que “quiero reunirme con la familia y acompañar”.

En declaraciones a Fm Aire Libre, el Obispo de la Diócesis Santa Cruz y Tierra del Fuego, Miguel Ángel D`Annibale dijo que “una vez anoticiados de la denuncia inmediatamente convoqué al sacerdote y le pedí que deje el servicio y se ponga a disposición de la justicia para que se actúe en lo que se tiene que llevar adelante, y eso es lo que está sucediendo”.

El Obispo remarcó que “no me cabe la menor duda de que hay que actuar así, estamos en manos de la justicia para que lleve adelante como corresponde la investigación”.

“Soy el primero que lo llamo” dijo respecto a la comunicación con el sacerdote y añadió que “me corresponde en mi tarea de Obispo, llamarlo sentarlo y decirle cuál es la situación”.

Ante situaciones de denuncias de abuso por parte de integrantes de la Iglesia, hay caminos que corren de manera paralela: la justicia del ámbito penal y la justicia eclesiástica.

D`Annibale recordó que “el que empezó con este tema con más firmeza fue el Papa Benedicto XVI, porque sabemos que la Iglesia lo ha hablado y ha pedido muchas veces perdón y reconciliación, incluso ese Papa se ha reunido con víctimas en distintos lugares del mundo, pidiendo perdón por estas situaciones de abuso sobre menores de parte del clérigo”.

Fue a partir de Benedicto que se implementó el actual protocolo a seguir ante posibles casos de abuso sexual por parte de miembros de la Iglesia. “Se trata del protocolo canónico, ya que hay que tener en claro que está la justicia civil y penal; mientras que en la parte eclesiástica tenemos el derecho propio”, agregó aunque aclaró que no es excluyente de la justicia penal.

En el caso del sacerdote Vázquez, en el ámbito de la Iglesia será la “Congregación de la Doctrina de la Fe” en la Santa Sede la que defina su situación dentro de la iglesia, luego de seguir un protocolo local en el que se investigan todos los hechos sucedidos, se toman testimonios y se envían al Vaticano.

“Antes eran los propios Obispos en los lugares donde ocurrían los hechos los que se ocupaban del tema, pero para evitar todas estas situaciones que lamentablemente se produjeron y que causan mucho dolor, por eso la Santa Sede las toma, las revisa y da los pasos que corresponden seguir”, explicó el Obispo y apuntó que “tenemos consignas muy claras respecto de lo que tenemos que hacer”.

Y precisó: “El procedimiento implica una investigación preliminar, recoger todos los datos e informaciones que se tienen y una vez que se arma la carpeta con testimonios y demás se envía a la Santa Sede, allí se define como continúa el proceso”.

Mientras tanto “la cuestión penal sigue su camino, porque son fueros distintos que caminan con su propia forma”, sumó.

Asimismo remarcó que “tiene que quedar en claro que ante la justicia penal, los sacerdotes, obispos y demás, somos ciudadanos que tenemos que responder como corresponde; en tanto en la Iglesia como católicos apostólicos romanos actualmente tenemos una forma de obrar ahora que es muy clara, ambos caminos deben llevar a la verdad y la realidad”.