Este martes culminaron las testimoniales de un total de 18 personas que pasaron ante el tribunal dando su versión particular de la relación existente entre el imputado y la víctima. Asimismo son diversas las opiniones respecto del grado de veracidad de la historia del velero cargado con cocaína que habría sido el móvil del asesinato de Prada.

El primero en prestar declaración en la audiencia de este martes fue Lino Gómez Adillon, quien refirió sobre la personalidad de Prada que pese a que “era cambiante” y que, “por ahí inventaba algunas historias y era un poco mitómano”, “era una persona amigable y divertido”.

Luego fue el turno de Isabel López, quien conoció a Prada muchos años antes de ocurrido el crimen. “Él era como yo, agrandamos un poco las cosas, pero no inventamos”, aclaró la mujer, ante la consulta de la veracidad de la historia del velero, que se averió en las costas de Brasil.

López, sostuvo que Prada le contó a ella esa historia, como también lo hizo con muchas personas de Ushuaia. “Era vox populi”, acentuó, y remarcó luego que “no obstante mucha gente tiene miedo y no quiere contar esta historia”.

En otro tramo de su relato, especificó que “Claudio (Prada) contaba el relato del velero con miedo, y que había adquirido un arma de fuego, con la autorización pertinente, porque lo venían amenazando”. Y puntualizó que Diego Pérez y Prada estaban “muy enojados entre sí por lo que pasó en Brasil”.

Tras arribar de un cuarto intermedio, ingresó al Salón a declarar Julieta Delorenzo, amiga de Prada, y luego ingresó Lucas Sulca (hijo de Diego Pérez), quien vivió junto a su padre muchos años en el hostel, en el que “vio hospedarse a los hermanos Gustavo y Maximiliano Farías” (condenados por ser coautores del asesinato), según expuso en su declaración.

El joven contó además que en oportunidad de un viaje hacía Brasil junto a su padre, éste le dijo que “tenía problemas con la justicia y que yo debía volverme a la Argentina con mi madre”.

Por otro lado, prestó declaración Sergio Gustavo Martínez, quien viajó a Brasil en 2015, cuando Pérez estaba prófugo de la justicia, y durante su testimonial mencionó a Sebastián Mair, un sujeto que le brindó alojamiento a Pérez en Brasil, y uno de los testigos de los que se desistió se presentara.

Martínez indicó al Tribunal que esa última vez que lo vio a Pérez, éste le dijo que “no quería volver a Ushuaia porque tenía miedo, pero no por la causa de la muerte de Claudio Prada. Yo le creí, nunca me dejé llevar por los comentarios que escuchaba”.

Luego, ante el pedido de la Defensa del imputado, Diego Pérez, amplió ante el Tribunal de Juicio su declaración, y reprochó “es una pena que ese cobarde no haya aparecido por acá”, en alusión a la presencia del testigo Sebastián Mair.

“A Mair lo fui a buscar a la playa, le pedí ayuda, me prestó una casa y plata, estoy agradecido con él, pero es una persona con pocos códigos. Me hubiese gustado que dé las explicaciones”, expuso Pérez finalmente.

El tribunal pasó a un cuarto intermedio para el próximo viernes cuando se estarán conociendo los alegatos de las partes intervinientes.