Las actividades desarrolladas por la ministra de Salud, María Grieco y miembros de su gabinete, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tuvo el propósito de tomar contacto directo e intercambiar conocimiento y cultura, y crear vínculo con los habitantes del extremo norte del continente.

El encuentro se desarrolló en el Foyer de la Casa de la Cultura de Ushuaia, con la participación de una delegación de ciudadanos canadienses de Nunavut, representantes de pueblos originarios radicados en Tierra del Fuego, antiguos pobladores de Ushuaia, y vecinos de la ciudad.

Entre las comunidades originarias estuvieron representadas los Selk’nam, Mapuche, Quilmes, Termas del Tuzzgle, de Jornadas de Paz y Dignidad y del Colectivo Cultural Yanapakuna.

Grieco destacó la presencia en Ushuaia de “nuestras hermanas de Nunavut, un pueblo que mantiene el 85 por ciento de su composición social originaria y pudieron incorporar los aspectos positivos de la vida moderna sin perder gran parte de su cultura”, y consideró “muy interesante el compartir experiencias con habitantes del otro extremo del continente americano, por el enriquecimiento cultural que esto reporta”.

La funcionaria subrayó la participación delos pueblos originarios de Tierra del Fuego, así como la de viejos pobladores como Victoria Padín, quien contó su historia y su convivencia con estas comunidades.  “Estas experiencias nos enriquecen como sociedad, por ello las acompañamos desde el Estado, explicó Grieco.

En el mismo sentido, la directora de los Servicios de Salud de la región Kitikmeot Nunavut, Canadá, Clara Evalik, se mostró complacida por el desarrollo del encuentro, y anotó que los pueblos originarios de la Argentina “tienen muchas similitudes con el nuestro, por ejemplo en lo que respecta a las facciones de sus integrantes, a la indumentaria que utilizan, el orgullo por la tierra que demuestran tener, y porque son muy decididos en todo lo que quieren”.

Respecto de la organización social de los pueblos originarios locales, dijo que “los veo como estábamos nosotros (los Inuit) hace 35 años, cuando intentábamos organizarnos en comunidades”, y vaticinó que “una vez que se organicen un poco más, empiecen a planificar y tratar de hablar con el gobierno podrán lograr sus propósitos”.

En representación de la comunidad Selk’nam “Rafaela Ishton”, María Angélica Salamanca manifestó que “fue un encuentro muy lindo e inesperado para nosotros; pero valioso en el sentido de que pudimos conocer cómo vive, habita y existe la comunidad Inuit en el Canadá”.

Salamanca sostuvo que el intercambio “nos sirvió mucho para conocer otras fronteras y a otros pueblos originarios que existen en otras regiones de América”.  “Unir los polos fue la una gran propuesta”, añadió porque se vio que, pese a la distancia “tenemos muchas similitudes con los Inuit, sobre todo en lo que respecta a voluntad de mantener viva la cultura de nuestros pueblos, para que existan y se reconozcan como tal”.

Nidia Alvarado, integrante de la Coordinación Ushuaia de las “Jornadas de Paz y Dignidad”, calificó al encuentro de  “maravillosa oportunidad para el intercambio”, mencionó la “valoración que los inuit hacen de su propia cultura nos ha abierto una puerta, en Ushuaia, para incorporar en los ámbitos de salud algunas visiones que tienen que ver con la interculturalidad”.

“Éste es un proceso de diálogo entre lo urbano y lo indígena se viene dando en toda América”, señaló, para cifrar luego sus esperanzas en que “este proceso siga caminando, porque en Tierra del Fuego existe una diversidad muy importante, además de las culturas originarias de esta tierra, que tienen el conocimiento y están trabajando muy fuertemente para integrar el conocimiento ancestral a la vida cotidiana”.

 

Cabe señalar que la jornada estuvo a cargo del Antropólogo Ricardo Guichón, investigador del CONICET y autor de un trabajo sobre la Patagonia Austral en la Misión Salesiana de Río Grande, indagando a la Cultura Selk’nam de Tierra del Fuego, con el apoyo de la antropóloga Cadic/CONICET Laura Horlent.