Este lunes se vivió una una nueva jornada de testimoniales en el juicio oral y público a Aldo Javier Núñez, depusieron dos integrantes de la Policía Científica, así como la forense del Poder Judicial, la Dra. Inés Aparici. La forense se explayó sobre la autopsia a la víctima, determinando que hubo una fractura en la zona temporal de la cabeza y marcas propias de lo que asemejó a un golpe por “aplastamiento”, lo que se condice con la hipótesis fiscal de que fue arrojada contra el pido o la pared. Asimismo dio cuenta de numerosos indicios orgánicos de muerte por hipoxia, o falta de aire, asegurando que el estado de descomposición del cuerpo dificultó determinar si hubo presión manual sobre la zona del cuello. Mas allá de esto los estudios histopatológicos demostraron tejido vascular roto en la glándula tiroides, lo que aseguró demostró que la zona del cuello “fue comprimida con muchísima fuerza”, sin poder precisar cual de las dos lesiones tuvo lugar en primer y segunda instancia. Finalmente los peritos dieron cuenta de la valija en la que fue descartado el cuerpo de Nilda Núñez en un descampado, señalando que el arrastre de la misma quedó marcado solamente desde la entrada a ese predio, reforzando esto las sospechas de que Núñez recibió colaboración y apoyo de un automóvil en el traslado del mismo. El imputado al ser exhibida la valija aceptó ampliar su declaración, y negó reconocer la misma, a pesar de que la causa ya ha demostrado que la valija era usada por Nilda hacía más de un año para guardar su ropa, cumpliendo la función de ropero. El juicio continuará este martes con más testimoniales. ]]>