El concejal Federico Runin se refirió nuevamente al proyecto de ordenanza que tiene como objeto bajar la velocidad máxima de circulación permitida la de cincuenta kilómetros por hora (50 km/h) para todos los vehículos que transiten por las avenidas de la ciudad.

Este proyecto volvió a tratarse en la última reunión de comisión y al respecto el concejal refirió que “el objetivo es poder establecer una nueva velocidad máxima en avenidas, dado que en lugar de los 60 kilómetros por hora actuales pase a ser de 50 kilómetros por hora”.
Puntualizó que “el análisis de este proyecto ha contado con la intervención de personal muy calificado al respecto a favor de esta iniciativa en el sentido de que la velocidad alta suele ser de alguna manera uno de los factores más principales de los accidentes vehiculares que se ven hoy en día”.

Consultado sobre cómo se llega a establecer una velocidad máxima de 50 km, dijo que “como bien lo explicó la ONG Luchemos por la Vida, hay una tendencia internacional en poder disminuir las velocidades máximas porque está claramente comprobado de manera estadística que los accidentes viales con víctimas fatales suelen tener siempre como factor determinante el exceso de velocidad de los conductores, con lo cual trabajando en esta nueva velocidad máxima que en lugar de 60 en la avenida pase a 50, estaríamos avanzando en ese objetivo de poder concientizar y poder trabajar a nivel ciudadano con la finalidad de poder fortalecer si se quiere la seguridad vial de nuestra ciudad”.

Ante la posibilidad de la instalación de radares, sostuvo que “tanto este como otros elementos como lo son los badenes, loma de burros, son parte de la infraestructura que están a disposición de los municipios para poder aplicar de alguna manera el control de una norma de estas características, por eso es un tema que seguramente, sancionada esta norma, será el Ejecutivo quien tendrá que avanzar en este aspecto tal como hoy controla las velocidades máximas que están definidas que son de 40 en la calle y de 60 en la avenida”.

Por lo tanto, explicó que “es el municipio de Río Grande que tiene a su disposición las acciones necesarias para controlar a través de sus inspectores las velocidades de circulación, pero con este proyecto de ordenanza en sintonía con muchos antecedentes legislativos que hay a lo largo de nuestro país y también en el ámbito internacional, poder incorporar facultades al Ejecutivo para que lleve adelante los procedimientos que sean necesarios para el adecuado control y que la norma sea efectiva”.