Unión por la Patria nuevamente aparece con una postura complejizada respecto del futuro del régimen impositivo y productivo fueguino, esta vez tras la reaparición de la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Todavía los referentes de Unión por la Patria no se recuperaban del “golpe” que significó la presentación de la separata del Presupuesto 2024, cuando este sábado vuelven a quedar en una posición incómoda de cara al electorado fueguino.
Si hasta el viernes el propio gobernador Gustavo Melella salió a defender la postura oficial, “la separata es una imposición del FMI y había que presentarla en el presupuesto 2024, no nos olvidemos que al FMI lo trajo Mauricio Macri con su toma de deuda, la Argentina cumple mandando al Congreso y todos los diputados del frente no lo aprobaron y este año va a pasar lo mismo”, señaló refiriendo que la separata era más “una formalidad” que una decisión política.
Pero el sábado fue el turno de Cristina Fernández de Kirchner, quien en su reaparición pública hizo una evaluación presupuestaria de esa separata, donde marcó al costo de los planes sociales como “planeros de calle” pero luego diferenció un 4,75% al que tildó de “planeros de lujo como son las excenciones impositivas, gente que tiene que pagar el impuesto a las ganancias como los jueces, aquellos cuya alícuota del IVA está quebrada o pagan la mitad, o las exceciones fiscales aquí está Tierra del Fuego, todo ello son un 4,75%”, expresó.
Ni siquiera marcó en su alocución que el régimen fiscal de la provincia significa un porcentaje menor dentro de ese 4,75%, lo que comenzó a valerle la dura crítica de los sectores opositores fueguinos, y a los oficialismos fueguinos ponerles cuesta arriba la tarea de remontar la derrota electoral de agosto valiéndose precisamente de este discurso.