Lo que debiera ser un parlamento donde prime la libre expresión y el intercambio de ideas, parece ser un concepto desconocido para el presidente de la institución, Matías Rodríguez, quien concluyó la sesión impidiendo hablar a una de las ediles.

Rodríguez es otro de los personajes del oscuro mundillo político de Tolhuin, con atornillados dirigentes en sus bancas y una comunidad sumida en la miseria y el estancamiento institucional permanente.

Pero este viernes en sesión quedó una vez más al descubierto el manejo de las mayorías del cual el oficialismo tolhuinense hace una maquinaria institucional que no tolera el disenso e intenta acallar las voces que pudieran surgir desde la oposición.

La concejal Yeanet Alderete intentó fundamentas la presentación sobre tablas de tres proyectos de ordenanza; “una Moratoria a los impuestos municipales, un pedido de informes sobre recolección de residuos y reparto de agua que no se contestas del 2017 y otro pidiendo planificar la entrega de terrenos ante la ampliación del ejido urbano”, reseñó.

La edil refirió que el presidente del cuerpo “nos dijo que no se les va a dar tratamiento porque no teníamos mayoría, pedimos la lectora del articulado y fundamentos para que la sociedad supiera de que se trataban porque la sesión es pública”, dijo, agregando, “no me quiso dar la palabra, le dieron la palabra solo al concejal Muñóz, volvií a pedir la palabra nos miró y cerró la sesión”.

“Es una vergüenza que como presidente de un Concejo sea una persona tan autoritaria”, expresó la concejal, “cual es el problema de presentar proyectos sobre tabla, después cada concejal vota por la negativa o positiva, y fundamenta, es el juego de la democracia que Rodríguez no parece entender”, concluyó.

El presidente del Concejo Tolhuin, Matías Rodríguez.