El veto del intendente Gustavo Melella a la ordenanza que contemplaba el 25 de marzo de cada año como el “Día de los derechos del niño por Nacer” parece haber provocado que la sociedad riograndense debata el tema, discusión que no se había dado hasta el momento.

Sectores autodenominados Pro Vida se manifestaron este viernes frente al edificio municipal, y en la oportunidad, el pastor Héctor Pauli de la iglesia “Hay Vida en Jesús” dijo que la decisión del Jefe Comunal “es un ataque a la postura de defender las dos vidas”.

“Es importante que se cuide las dos vidas. Me parece un hecho muy bueno que tengamos un día para valorar la vida de la mamá y del niño por nacer”, insistió el Pastor.

Ese fue el discurso que se escuchó en la protesta del grupo de  comunidad religiosa que reclamó ser atendidos por el Intendente, con duras críticas en rechazo a la determinación.

En cambio desde la otra vereda, la Colectiva Feminista Río Grande emitió un comunicado donde celebró la decisión del Intendente de la ciudad y reclamó debate en torno a este tema.

“En el marco de una discusión histórica a nivel nacional donde nuestras legisladoras evalúan la aprobación de la ley que contempla la interrupción voluntaria del embarazo, lo que conlleva que las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos, decimos NO a acciones declamativas y anacrónicas en Tierra del Fuego”, dice el comunicado.

Criticando a los Concejales que aprobaron la iniciativa planteada sobre tablas sin debate previo, el Colectivo sostiene que “evidenciamos en este acto de memoria selectiva que se trata solo de una manifestación política, quizás, con la búsqueda de adherirse a algunos grupos religiosos, posiblemente, aquellos que el mismo día de la sesión insultaban y agraviaban a nuestras compañeras y a las Concejalas que votaron en contra”.

El decreto se fundamenta técnicamente en la existencia del Decreto Nacional nº1406/98 que ya establece el día del niño por Nacer como parte de las efemérides del país, por lo que se insiste que “la ordenanza no es más que una pantalla, un espejismo que no pretende garantizar alguna acción preventiva sino que actúa como una simple proclamación, vacía de contenido”.